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Lesiones cutáneas en niños: causas y cuidados
Las erupciones cutáneas en niños pequeños suelen generar preocupación entre los padres, sobre todo cuando no se conocen bien sus causas o cómo tratarlas.
Un cuidado adecuado y el uso de dermocosméticos apropiados pueden ayudar a calmar la piel, aliviar las molestias y favorecer su regeneración. A continuación, repasamos las causas más frecuentes y los cuidados recomendados.
Ante cualquier duda, es fundamental consultar al pediatra.

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¿Por qué aparecen erupciones?
Las lesiones cutáneas son uno de los motivos más frecuentes de consulta pediátrica en la etapa preescolar. Pueden aparecer como manchas, granitos, vesículas, pústulas o pequeñas heridas. Las causas más habituales son infecciones como:
- Varicela
- Roséola (sexta enfermedad)
- Eritema infeccioso
- Enfermedad “manos, pies y boca”
Cada una de estas afecciones puede tener un origen distinto. Aquí resumimos los mecanismos más comunes:
- Infección directa
Algunos virus y bacterias atacan directamente las células de la piel, provocando inflamación, vesículas o heridas. Ejemplo: varicela. - Reacción autoinmune
El sistema inmunitario del niño puede atacar sus propios tejidos por error, causando inflamación de la piel o de pequeños vasos sanguíneos. - Toxinas bacterianas
Ciertas bacterias liberan toxinas que provocan erupciones. Ejemplo: escarlatina, con su característica erupción roja fina. - Bajada de defensas
Durante una infección, el sistema inmune puede debilitarse, facilitando infecciones cutáneas como herpes o tiña. - Parásitos
Organismos como los ácaros, la sarna o las garrapatas pueden dañar la piel al penetrarla y generar reacciones inflamatorias.
¿Cómo cuidar la piel durante y después de una infección?
Unos buenos hábitos de higiene y el cuidado con productos adecuados ayudan a calmar la piel y evitar complicaciones.
- Evitar baños largos durante la infección, para no resecar más la piel.
- Limpiar a diario, especialmente el área del pañal, con agua y un gel suave específico para bebés.
- Mantener la piel bien hidratada con cremas suaves o emolientes, sobre todo tras infecciones con lesiones cutáneas.
- Usar protección solar todo el año, ya que la piel irritada o seca es más sensible al sol.
¿Y después de la infección?
Una vez superada la enfermedad y calmadas las lesiones, la piel del bebé necesita una ayuda extra para recuperar su equilibrio. Aquí es donde entran los emolientes:
- Restauran la barrera protectora de la piel
- Hidratan en profundidad
- Reducen la pérdida de agua (TEWL)
- Calman y suavizan
- Protegen frente a alérgenos, contaminantes y microorganismos
Es importante no aplicar emolientes durante la fase activa de la infección, ya que el contacto directo con las lesiones podría facilitar la propagación.
Consejo final
Cada bebé es único. Lo que funciona en un caso puede no ser adecuado en otro. Por eso, siempre es recomendable usar productos adaptados a su edad y tipo de piel, y pedir consejo al pediatra o farmacéutico si hay dudas.
Este contenido ha sido elaborado con la colaboración del Dr. Piotr Fuss, pediatra.
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